El monasterio de Santa Clara es un convento de clausura, habitado por monjas de Las Clarisas. Es un edificio de estructura gótica restaurado en 1967. Fue declarado Bien de Relevancia Local.
Este edificio religioso tiene sus orígenes en el siglo XVI. Fue aquí donde la religión franciscana tuvo su origen. A partir de este monasterio resultaron numerosos conventos en todo el territorio español. La hija del primer Duque Real de Gandía, Doña Violante de Aragón, dio el primer paso para fundar esta casa religiosa. Para ello pidió permiso al Papa Martín V.
Después de quince años, al fallecer los familiares de Violante y por ya no disponer de los fondos suficientes en Gandía, se trasladó a Las Clarisas a un monasterio de València. Durante los siguientes años el convento de Santa Clara de Gandía quedó casi deshabitado hasta que Luis de Vich decidió restaurarlo. Posteriormente, el convento fue el hogar nuevo para diez monjas de la misma comunidad que abandonaron su convento francés de la ciudad de Lézignan-Corbières. Entre estas monjas se encontraba María Escarlata, la hermana del príncipe francés. Ella se refugió en el convento de Gandía para huir de ser casada a la fuerza.
En el patio interior del monasterio se encuentra un olivo muy especial. Según la tradición fue plantado por el patrón de Gandía: San Francisco de Borja. Al tratarse de un convento de clausura no existen fotos del interior del monasterio ni del olivo.
El monasterio alberga la imagen de la Virgen de Baluarte, la virgen de la lluvia. Del monasterio de clausura sólo es posible visitar su iglesia de estilo gótico que se encuentra en la parte derecha del edificio. Durante la exposición del Santísimo se puede escuchar rezar (pero no ver) a las monjas en la iglesia que se encuentran en una sala sin vista directa. Una visita de la iglesia antes de la misa es una experiencia diferente y un poco misteriosa. Mientras visitas la iglesia y ves sus cuadros y ornamentos, escuchas los cantos y las oraciones de las monjas sin saber de qué lado de la iglesia provienen.