Es el único resto conservado del antiguo Convento de Santo Domingo, el cual fue fundado en 1360 por el maestro de Montesa Pere de Thous y destacaba por su claustro e iglesia de arcos ojivales. Por su situación extramuros sufrió grandes daños durante la Guerra de Independencia y la Primera Guerra Carlista, hasta que en 1840 fue vendido a particulares durante la primera desamortización de Mendizábal.
Se trata de una torre campanario reconocida como Bien de Relevancia Local de planta cuadrada con cuatro cuerpos, tres de mampostería y uno de sillería con remate de barandilla balaustrada y cuerpo octagonal a modo de linterna, donde aparece un escudo con la cruz de Montesa y una inscripción con el año 1737.
A lo largo de los siglos, ha sufrido diversas modificaciones y ampliaciones, que han permitido reflejar en él diferentes estilos arquitectónicos desde el gótico hasta el barroco. Este monumento guarda un gran valor histórico, cultural, religioso y arquitectónico del municipio de Sant Mateu.