El origen de este conjunto arquitectónico está en la construcción de una torre centinela en el tiempo anterior a la conquista. Está inscrita dentro de la ruta de torres del valle del Palancia, en la vía Sagunt-Jérica. El Llibre del Repartiment ya menciona su existencia, al referirse indirectamente a ella cuando se habla de la entrega a Adam de Paterna del castrum de Segart, que se ubica al lado del castrum de Buselcam.
La construcción es de tapiera, con agujas abundantes y aspilleras en los muros exteriores. La escalera y los arcos de sustentación situados en el interior son de piedra cortada. Está formada por cuatro muros perimetrales más uno central, que daba paso a la formación de dos espacios, que se cubrían con bóvedas de cañón. La escalera de dos tramos presenta escalones de piedra de Sagunto. El nivel inferior de la torre parece que poseía una cisterna que recogía agua fluvial y que posteriormente se rehace durante la época cristiana. El nivel intermedio era en el que hacían vida los ocupantes y el nivel superior tenía la función de centinela con vacíos defensivos en sus cuatro caras.
La funcionalidad del conjunto fue diversa. La torre centinela tuvo un uso más determinado, que se extendió hasta la dominación cristiana. Más complejo es averiguar la funcionalidad del castillo-palacio, que podría no haber estado completamente terminado. Lo que queda claro es que fue destruido en el primer tercio del siglo XVI.
Este conjunto ha sobrevivido al paso del tiempo y, en la actualidad, después del desmoronamiento del lienzo norte del castillo-palacio el 7 de julio de 2004 y de la restauración de su conjunto, se ha recuperado y rehabilitado la torre, y se han consolidado los elementos que perviven de lo que fue el castillo-palacio. Actualmente, el conjunto es Bien de Interés Cultural (BIC) y está inscrito desde 2002 en el Registro de Bienes de Interés Cultural del Ministerio de Cultura.