El Palacio Real era uno de los edificios más emblemáticos de Valencia, residencia monárquica desde Jaume I hasta su derribo en marzo de 1810 por orden de la Junta de Defensa Militar, para que no sirviera al ejército francés en el ataque contra la ciudad. Se ha mantenido su recuerdo por el nombre de sus jardines que actualmente son los conocidos Viveros o Jardines del Real.
Jaume I eligió el lugar como residencia personal, pero pronto fue necesario un nuevo edificio con mejores instalaciones, construyéndose un nuevo palacio durante los reinados de Jaume II y Pere IV, el Cerimoniós.
En la Edad Media estaba formado por dos cuerpos, uno de menor tamaño con torres en las cuatro esquinas donde se ubicaba la primitiva capilla, y otro, de mayores dimensiones, concentrado en torno a dos patios con dependencias de uso público y habitaciones privadas para la residencia personal del monarca. La fachada principal contaba con una gran puerta flanqueada por dos potentes torres y un foso.
El reinado de Alfons el Magnànim fue una de sus etapas más brillantes, al fijar aquí su residencia permanente su esposa. Sus aposentos se situaron cerca de la capilla donde se guardaba el Santo Cáliz, traído a Valencia por el rey y que posteriormente se donó a la Catedral.
Con los Austrias, el Palacio fue una residencia esporádica. Sin embargo, el nombramiento de un virrey para Valencia sirvió para desarrollar una pequeña corte en él, principalmente con Germana de Foix y el Duque de Calabria, quien instaló aquí su famosa biblioteca y formó una capilla de música.
Una de las reformas más importantes fue en 1645 con motivo de la llegada de Felipe IV para celebrar Cortes en Valencia. Con los Borbones, pasó a depender del ejército, perdiendo así su carácter de residencia real.
Tras su derribo en 1810, quedó en el olvido, conociéndose su imagen sólo a través de algunos planos. En el 1986, durante las obras de construcción del colector Norte, aparecieron restos arqueológicos del Real y en 2009 las excavaciones realizadas por el SIAM sacaron a la luz restos de la fachada principal del Palacio, con el acceso original flanqueado por dos torres que se pueden visitar en los jardines de Viveros.
