La Catedral Basílica fue construida por el siglo XII sobre la antigua mezquita en estilo gótico. Se trata de un conjunto artístico formado por el Templo, la Torre Campanario, el Claustro y el Museo Catedralicio
El Templo ha ido transformando su fisonomía a lo largo de la historia y incorporando nuevos estilos dependiendo del siglo en el que se realizaron. Destaca por ser el único ejemplar puramente academicista de la arquitectura religiosa en España, ya que, entre 1791 y 1795 se realizó una reforma en que se utilizaron materiales extraídos del total derribo del Castillo de Sopeña para su reedificación. Además, en la nave encontramos las pinturas de José Vergara. También destacan los frescos de la bóveda, obra de Manuel Camarón y Luis Planes.
El Claustro gótico, construido entre los siglos XIII y XIV, destaca su planta trapezoidal forzada por su proximidad a la muralla. A su alrededor aún conserva 7 de las capillas originales, entre las que destaca la Capilla del Salvador. En su interior se encuentra el sepulcro de los Vallterra y el gran Retablo Mayor de la Catedral, del pintor valenciano Vicente Macip y de su hijo Juan de Juanes, obra clave de la pintura renacentista española.
El Museo Catedralicio, aunque acoge mayoritariamente fondos de la catedral, asume también la condición de institución museística diocesana considerándose así como uno de las más importantes en arte sacro de la Comunidad Valenciana. Esta institución fue inaugurada en 1949. Después de un largo proceso de recuperación tras la destrucción del patrimonio artístico durante la guerra civil de 1936, se ubicó una muestra expositiva del legado cultural en las dependencias del claustro, acondicionadas para ésta finalidad.